Viéndote desde otra perspectiva me he dado cuenta de que no
eras para mí. Todo en mi cabeza estaba concentrado en hacerte a mi medida, pero
sin éxito.
Somos como dos piezas que encajan pero no pertenecen al
mismo puzzle.
Como dos canciones que sintonizan en la misma onda pero no
pertenecen a la misma melodía.
Como dos caminos hechos por las mismas piedras que se
separan cuando llegan a la mitad del recorrido.
Como un lunes de abril y un lunes de agosto.
Fuimos, somos y seremos,
pero ese verbo ya no me es suficiente.
¿Sabes? A veces nos empeñamos en ajustar la realidad a nuestro deseo, tratamos de dibujar la verdad con los pinceles de nuestros anhelos con demasiada frecuencia.
ResponderEliminarY la realidad, Rocío, a menudo es tozuda.
Mañana llegará otra pieza de puzzle con la que volverás a encajar. Y seguramente tampoco sea de tu puzzle; será de otro aún mejor aunque también distinto.
La única pieza del puzzle que siempre encajará y será del mismo conjunto eres tú.
Quizás ese sea el problema, que nos empeñamos en encontrar a alguien que encaje perfectamente en nuestro puzzle, cuando eso es prácticamente imposible...
EliminarMuchas gracias :)